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El diario digital Quenonino.com de Uruguay, entrevista al goleador del Dijon: 'El gol es mi vida'

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No es solo el hijo de, sino que tiene nombre propio. Pasó con brillo por la primera del Inter y hoy es ídolo en Francia.
Entrevista exclusiva con Seba Ribas.
Sebastián Ribas es uno más de los talentos uruguayos sueltos por el mundo. Pero mantiene perfil bajo, tal vez porque ahora milita en el Dijon FCO de la Ligue 2 de Francia. Con solo 22 años, salió de Juventud de Las Piedras para ir a la reserva del Inter de Milan. Hoy es uno de los goleadores de la segunda división de Francia. El delantero repasó su actualidad con Quenonino.com.
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¿Cómo fue que llegaste a Dijon?
Según me cuenta el presidente del Dijon, Bernard Gnecchi, él quería invertir en un par de jugadores jóvenes, sobre todo en el puesto de ataque. Como su familia es italiana, siempre tenia una mirada al fútbol de ese país; Olivier Dacourt, un jugador internacional francés que jugaba en el Inter me recomendó, había salido goleador y campeón en la reserva del Inter, y dos veces campeón de Viareggio. Piero Ausilio, el director del Inter, pensó que era una buena oportunidad para jugar seguido, puesto que en Primera solo había jugado un partido, contra el Empoli, que fue mi debut. Entonces arreglaron todo entre los clubes y me fui a Francia con la ilusión de poder jugar seguido en Primera división. Gracias a Dios tuve mucha gente que me ayudó, como Pompa Borges.

¿Por qué estas rindiendo tan bien?
No hablaría de rendimiento, porque no soy técnico, soy jugador, pero sí pienso que he sido muy efectivo, los números así lo dicen, 16 goles, y seis asistencias de gol; jugué 36 partidos de 38, el que más jugo en el año del plantel, para un equipo como el Dijon, que salió noveno en el campeonato, y que no esta todavía entre los grandes clubes, es muy bueno. Ahora en el tema de rendimiento el que tiene que hablar es mi entrenador. Para ser completo me hubiera gustado ser campeón, pero no pudimos.

¿Cómo es el nivel de la Ligue 2?
Es muy bueno, fútbol técnico, veloz, con potencia, recuerde que juegan muchos africanos. En Europa, la Ligue 2 de Francia como la segunda de España, de Italia, son muy poderosas, tienen muy buen nivel; recuerde, por ejemplo, que Drogba jugó siete años en Francia, antes de ir al Chelsea. Es una liga que la mayoría de los equipos estuvieron en Ligue 1, como Nantes, Metz, Racing de Strasbourg, Caen, Bastia, Ajaccio, etcétera. Es decir el nivel de clubes es muy bueno.

¿Cómo es el Dijon a nivel institucional y como ciudad?
A nivel institucional es como un equipo grande de Uruguay, tiene las mismas o más estructuras, cuatro canchas de césped, dos de sintético, gym, campo cerrado, todo del mejor nivel. Se concentra en hotel, se viaja a los partidos del torneo en avión, etcétera. A nivel de ciudad es muy linda, está en la zona de la Bourgogne, la Cote d'Or, conocidísima por sus viñedos y vinos, también por la mostaza de Dijon. Es una ciudad universitaria, cultural y de las de más nivel en Francia, verdaderamente una ciudad maravillosa, claro que totalmente diferente a Milán, que era donde vivía antes.

¿Qué planes tenés para la próxima temporada?
Mis planes son estrictamente deportivos, tengo que seguir siendo un muy buen profesional y rendirle a mi club desde mi posición en el campo, lo demás corre por cuenta del club.

¿Por qué nunca volviste a Uruguay?
No volví a Uruguay, porque el Inter me compró cuando tenía 17 años, estuve tres temporadas en el Inter y ahora dos en el Dijon, no soy yo el que maneja el pase, son los clubes.

¿Cómo fue tu pasaje por el Inter?
Excepcional, gané todo lo que tenía que ganar en la reserva, hice todos los goles que tenía que hacer, y fui el profesional que tenía que ser. Tengo un recuerdo imborrable de cuando debuté en Primera, de los compañeros, Recoba, Cambiasso, Zanetti, Adriano, Cruz, Samuel, de Moratti, de Mancini, y de Mourinho, a quien felicito por el Scudetto, la Copa Italia, y ojalá la Champions. Es el club que me llevó a Europa, y aparte tiene la opción de mi pase, agradecido por siempre.

¿Cómo te definís futbolísticamente?
El gol es mi vida, juego para ganar, para el gol y para mi equipo, soy egoísta dentro del área, el delantero debe definir, debe ser el gol, pero si tengo que habilitar, lo hago, di seis asistencias de gol en este torneo, siendo el que más goles hizo, pero también el que más asistencias dio, pero la verdad, si no hago un gol, quedo tres días de malhumor y caliente.

¿Te gustaría volver a jugar en algún equipo de Uruguay?
Nací en Uruguay, es mi país. Estuve en la Sub 17 con Ferrín, y también en la Sub 20. El día antes de viajar al Mundial, me fracturé el metatarso, y quedé afuera. Guardo dos cosas entre mis pertenencias, como un tesoro: la camiseta con mi nombre y número que me tocaba en ese Mundial, y la carta de Belza y Tabárez, donde me decían que no aflojara y que algún día iba a volver a la selección, ojala algún día se me dé, y espero que sea para ser campeón del mundo.

¿Qué tan importante fue tu padre en tu carrera?
Importante como padre, y como entrenador, primero porque me enseñó que el técnico siempre tiene razón, y solo tengo que escuchar a mi técnico. Ni periodistas, ni gente, ni nadie, incluido la familia, incluido él. Después porque siempre me enseñó que solo se llega con una gran personalidad y trabajo, la vida es causalidad, no casualidad.

Después guardo un recuerdo imborrable de cuando fuimos campeones en Viareggio y él era mi entrenador. Es calentón, exigente, duro, pero es un ganador nato, y para los delanteros, excepcional. Fijate, yo aprendía de todos desde chico, Lujambio y Orta en Sud América, Alonso en Bella Vista, Pandiani y Pacheco, Bueno, Franco, Lucho Romero en Peñarol, el Cacique Medina en Liverpool. Todos los delanteros que jugaron con él fueron goleadores, porque siempre hizo jugar el equipo para los delanteros, con más o menos toques, vertical o no, gustando o no, pero fueron todos goleadores y eso a mí me marcó.

Además te cuento una anécdota que recuerdo de cuando era chico. Me llevaba al fondo de casa y me decía "saltá y pegale de cabeza"; era chico y saltaba con las dos piernas juntas, y el me la subía y no cabeceaba nunca, y me ponía a llorar de bronca, y él me decía "¿por qué en vez de llorar no la cabeceás?". Y me hacía saltar en doble ritmo, hasta que comencé a elevarme y mantenerme en el aire y cabecearla, me decía "te va a hacer bien, el fútbol es por abajo y por arriba", y solo me dejaba agarrarla por abajo.

Cuando también la cabeceaba, después me ponía mesas y sillas de barrera y me hacia patear tiros libres; pintó una pared en el fondo de casa con un arco y mi madre casi lo mata. Yo entrenaba en Bella Vista, y a la tarde él me hacía entrenar con Chelato Herrera, que era un ayudante suyo, solo en técnica, derecha, izquierda, pecho, dribling, le pagaba de su bolsillo, sin que yo lo supiera. Y me decía "solo triunfa el que se prepara más". Llegó un momento en que para mí, pegarle de derecha o izquierda era lo mismo, solo puedo decirle gracias, a él y a mi madre Silvana. Gracias desde el fondo de mi corazón, y para siempre en esta vida y en la otra.

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